Recuerdo aún una de las primeras clases en la universidad: solo 4 mujeres en casi un grupo de 80 hombres y un profesor que sacó de una maleta algo que nadie reconoció pero que indicó que las mujeres deberíamos conocerlo por que lo usábamos todos los días, luego “bromeó” diciendo que era el motor de una licuadora.

A lo largo de la carrera hubo muchas situaciones incómodas que dependían de si uno les daba  importancia o no… pero de las 4 solo 2 terminamos la carrera, y  solo yo ejerzo como profesión la ingeniería.

Otra etapa difícil fue la de conseguir trabajo. Las ofertas de trabajo solían decir “se busca hombre” pero  yo aplicaba , porque sabía que tenía el conocimiento, las habilidades y las capacidades que estaban buscando para ejercer el cargo. Pero aplicaba y aplicaba y nada…  Después de mucho buscar encontré ese trabajo que me permitió crecer y creer en que era posible cumplir los sueños que te marcas desde niña. Conocí personas increíbles que dejaron marcadas enseñanzas de lo que debes y no debes hacer en cualquier cargo que ejerzas, acaso crees que el crecimiento para? Que solo aprendes estando en la universidad? No, aprendemos día a día, con pequeños ejemplos que te deja la vida y que te permiten ver la otra cara de la moneda.

Esta industria  tiende a ser machista, pero se han ido rompiendo esas barreras gracias al profesionalismo que se demuestra por parte de las mujeres, que como yo, día a día demostramos que además de tener un trabajo, ejercemos de manera equilibrada el rol de mamá, hermana, hija y esposa. Queda demostrado que las limitaciones solo están en nuestros pensamientos y no en lo que piense una sociedad, somos capaces de liderar equipos, proyectos, empresas, somos capaces de ejecutar cualquier reto que nos proponga el destino.

Todavía tenemos muchas brechas que romper, pues pocas mujeres estudian carreras profesionales de Ingeniería, puede ser porque desde el colegio no nos fortalecen el querer investigar, inventar, crear. Y es algo que no solo se debe dejar en manos de una institución educativa, es algo que debería incentivarse desde nuestra casa. En mi caso, mi mamá quería que estudiara algo de la rama de salud como ella y mi papá quería que estudiara electricidad como él y algo que me ayudó a definir mi carrera fue la oportunidad que me dió el colegio de aprender de tecnología y que me apasiono desde que estaba en octavo grado y agradezco a la vida por las oportunidades dadas, pero si no hubiera sido por eso tal vez otra sería la historia.

Hoy en día, trabajo en una empresa que valora mucho el ser mujer, que tiene en cuenta que todos tenemos capacidades diferentes, pero que también sabe que todos podemos, que cree en nuestro potencial. Zemoga de lejos, es la mejor compañía en la que he tenido la oportunidad de trabajar durante toda mi carrera laboral, te permite crecer y desarrollarte, te permite ser mujer, te permite continuar cumpliendo tus sueños sin dejar de lado ser madre, esposa o hija.

Lo que me inspiró a escribir este blog: